jueves, 8 de mayo de 2008

Los dos (Deseos I)

Salió de allí con la sonrisa en el rostro. Su mano derecha sobre la tripa daba vueltas en el sentido de las agujas del reloj, acariciando su piel como si de un amante se tratara... ahora eran dos, para siempre, para bien y para mal, en la salud y en la enfermedad, hasta que la muerte los separara y él, tan pequeño, no sabía cuanto tiempo había deseado ella poder decir eso...
Harta de esperar al principe azul, harta de encontrar ranas y sapos en su camino, desesperada por casi perder la oportunidad al esperar el milagro que sabía, hacía años, no iba a conseguir.
¿Quién la iba a querer? si ella se merecía la luna y las estrellas y todos, sin excepción, sólo podían darle unas migajas de todo aquello, humo que se va al soplar un poco de aire dejando la nada en su lugar. Ya lo dicen, mejor sola que mal acompañada y así lo había entendido una mañana después de echar al milesimo sapo de su cama.
Un deseo, un sueño ahora realidad hacia que toda su vida hubiera estado programada para este instante en el que la doctora le dice: "enhorabuena, vas a ser madre"... ¿sola?para nada, ella con él lo tiene todo ya.
Es un deseo, una promesa de vida. Para siempre

Texto: Dsdmona

1 comentario:

Tana dijo...

La maternidad, ese deseo que sale de dentro. Creo que durante los embarazos es cuando me he sentido más acompañada. En ningún momento estuve sola y es una experiencia que no me hubiera importado volver a repetir...
Me he reído un rato con lo del sapo en la cama ^^